¿Qué son las videntes de verdad?
La verdad siempre se asocia con el mundo esotérico, aunque muchas personas se han encontrado con tantas malas experiencias que en su caso podríamos estar hablando de mentira.
Mucho se ha escrito ya sobre las videntes de verdad, sobre las que no son de verdad y su forma de actuar. En ciertos casos es posible que nos encontremos con algunos datos contradictorios: por un lado tenemos a los farsantes, aquellas falsas videntes que lo único que quieren es sacarnos el dinero cómo sea, aunque los que nos digan sea falso. Por otra parte, tenemos las campañas de desprestigio de aquellos clientes que se han visto estafados, que creen que todas las videntes son unas timadoras, y siente obligación de decírselo al mundo.
Y en medio de toda esta ecuación situamos a las videntes de verdad.
Las podemos definir cómo videntes con principios e ideales nobles. Todo lo que nos van a decir será verdad, lo han visto en las cartas y lo han interpretado en base a sus conocimientos. Puede cumplirse, o puede que no (ya sabemos que el futuro no está escrito, si no sujeto a cambios), pero ellas nos habrán dicho el futuro más probable según esa línea de acontecimientos.
Antes de ir a ver a una vidente de verdad es conveniente considerar que no siempre nos va a gustar lo que nos puedan decir.
¿Cómo reconocer a videntes de verdad?
Antes de elegir a una vidente debemos buscar referencias sobre ella, y leer la máxima cantidad de información posible.
La mejor manera de reconocer a videntes de verdad es haciendo un estudio de su intencionalidad y de su efectividad. Puedes ponerla a prueba dedicando algunos minutos de la consulta para tratar situaciones personales y presentes que tan sólo tu conozcas, que tan sólo tú puedas contestar.
La vidente debería de conectar contigo, transmitirte empatía y comprensión, sin dar rodeos o preguntar cosas extrañas.
Es posible que un servicio de videntes de verdad te pueda suponer un coste un poco más elevado, pero con toda probabilidad te va a valer la pena pagar la diferencia.
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